estatua_de_allende_-_franklin_valverde.jpgLa valoración de Salvador Allende puede abstenerse de sus afanes políticos.

Antes que un estadista fue un hombre que profesó una de las mayores cualidades que desafía a la conducta humana: la coherencia.

 

Cuando se vio amurallado por las balas que antes juraron lealtad no vaciló en arengar a su pueblo en un último acto de dignidad.

La muerte de Salvador Allende es uno de esos improbables casos en que el suicido ennoblece y el triunfo ajeno mancilla.

Foto de Franklin Valverde.